Si no fuera por los óleos, las acuarelas y las sombras... si no fuera por la cárcel, el colegio, la resistencia... Si supieran cuánto cuesta aprenderse las ciudades,
memorizarse las tablas, incrustarse los rencores. Que sueñes con los angelitos mientras los perros te mastican la infancia, que la cajita de música, que los sonajeros, que el cigarrillo, que el sexo.
Y
Un número redondo como un anillo, como un barril sin fondo, que al menos te enseño la fascinación por las mariposas... que me hizo dar cuenta que no me han parido todavía.
sábado, 25 de octubre de 2008
[ placenta ]
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