domingo, 4 de enero de 2009

[ luna llena ]


En luna llena empezando enteramente incluso,
como quizá en los tiempos no fue nunca descrito,
se destriparon los tiempos emborrachados de noche,
bosques secos al andar pisaron una rama andando al tiempo.

Fue un hecho concreto lo que abandonó el sentido a la vida;
oportuno era el silencio; la paz oportuna;
mas la oscuridad influía tal hechizo,
que no intento a notar el nombre complaciente.

Bendición frívola de los seres que se aman; satisfacción
la que genera las caricias, entrelazadas entre si, oliendo a victoria,
no me determinen como irrespetuosa al disolverme en su orgasmo.

Sombras, extasiadas en mi mente, laberinto casi absurdo,
extirpar sus adentros con mi agitación, o, morir en el intento,
ser fiel a sus pupilas, tener su alma dentro.

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