Desde una incógnita yaga que me persigue en el pasado se hace eco en mi pecho la mortal angustia expectativa si humana necesidad en segundo plano mi espiritual incertidumbre en segundo plano.
Rogando se considere un beso entre los besos, la mañosa táctica machista de invertir falencias
así mi sexo es culpable del calentamiento global de la tierra.
Me esmero en vida de hacerlo bien contraigo mis deseos y sobrepongo en voluntad, se torna lógica la marea de espasmos; unos mosquitos llaman mi atención, el vacío de saberse saciado por caridad.
Siempre en mi cuerpo lacero errores, camino entre tantos y orgullo de qué, cada renglón que escribas sin mi nombre, cada tarde que te olvides de este viento, me extirpa la vida la irónica sonrisa de perder.
Otra vez la radio en mi cuarto, la ropa de negro de duelo otra vez, algún sobresalto que me dé una habida mano sucumbir y así, con el alma que se chorrea entre mis dedos esperar.
martes, 3 de agosto de 2010
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